Quizás no habías caído hasta ahora, pero la piel es un órgano más. De hecho, es el órgano más grande presente en el cuerpo humano. Como todos los demás órganos requiere de una serie de cuidados para mantenerse sana. Estamos más que acostumbrados a vidas frenéticas, que nos llevan a padecer estrés y este se verá reflejado, directamente, en nuestra piel. Esto, sumado a una rutina de maquillaje, hará que se vea, con el tiempo, comprometida. Por suerte para nosotras podemos hacernos con muestras gratis de cremas reparadoras, de las que nos ayudarán con el cuidado de la cara hasta hacer que esta luzca como nunca antes.
Por supuesto, y pese a contar con productos para el cuidado de la piel, es importante que no lleguemos a los extremos, que no necesitemos de una reparación sino que tratemos de mantener la piel sana siempre. Para el cuidado de la piel, en realidad, se necesita una rutina de lo más básica, accesible para todos, aunque se disponga de poco tiempo.
Hidratarse
El beber, al menos, dos litros de agua al día es una recomendación que dan los médicos en general. Hay que seguir esta recomendación. Cuando nos hidratamos, la piel también lo hace y esto evita que se reseque por el tiempo o por el clima.
Lavarse
Durante todo el día, el rostro está expuesto a la contaminación. Por eso, desde por la mañana y cuando se vuelve a casa, lo mejor es lavar esa zona. Así, tanto la suciedad como la grasa que se generan serán eliminadas y conseguiremos un buen punto de partida para el cuidado de la cara. Desmaquillarse cada día es fundamental.
Usar cremas
Y cuando hablamos de cremas no nos referimos a cualquier tipo. En realidad, deberemos centrarnos solo en aquellas pensadas para la cara y tener en cuenta, además, los tipos de piel que existen. Si se cuenta con una piel seca, el principal objetivo será el de hidratar. En el caso de contar con una piel grasa, las cremas que se usan suelen contar con propiedades matificantes y descongestivas aunque, por supuesto, también hidratan.
Cómo conseguir una piel sana
Además de lo ya comentado, hay otros factores que, aunque no lo parezca, también influyen, y mucho, en el cuidado de la cara. Para empezar, deberemos partir de la base y entender que una dieta equilibrada es fundamental, también cuando se quiere contar con una piel sana. En el caso de tener dudas en este aspecto, lo mejor será acudir a un nutricionista porque un gesto tan sencillo como este, pero que incluye a todas las personas, puede hacer que cambie de manera radical el aspecto que tiene nuestra la piel.
También tendremos que descansar. Y por descanso se entiende el establecer, más o menos, una rutina y tratar de ir siempre a la misma hora a la cama y de asegurar, en la medida de lo posible, que se descanse un mínimo de horas. Para un adulto incluso con seis horas puede bastar. Por supuesto, puede haber excepciones. El problema se genera cuando no hay una rutina en algo tan básico.
En el caso de los cosméticos, de poder elegir, será mejor optar por aquellos productos y muestras gratis de maquillaje que tratan de cuidar al máximo la piel. Es decir, que cuentan con pocos productos químicos que acaben por resecarla. Es más, hay productos de maquillaje que ya hidratan la piel y eso será perfecto porque, al final, con cualquier maquillaje la piel se ve, en mayor o menor medida, algo comprometida.
Por último, pero no por ello menos importante, se deberá exfoliar la piel, al menos, dos veces por semana. Hasta que esto no se lleva a cabo, una no puede ser consciente de todos los residuos que en ella se acaban acumulando. Y, por supuesto, hay que protegerse muy bien del sol. A todos nos gusta lucir un buen bronceado, pero en el proceso hay que tratar de evitar quemarse. El coger color se consigue, pero mejor con algo de paciencia y tiempo y siempre con una crema que proteja.
Productos para el cuidado de la piel: Biotherm y Sephora
Ya que tenemos que optar por productos para el cuidado de la cara, qué mejor que hacerlo de la mano de grandes marcas, como es el caso de Biotherm y Sephora.
Biotherm se ha especializado en lanzar al mercado diferentes productos pensados para cada tipo de piel. Y si te preguntabas el porqué de su nombre, la explicación es muy sencilla. Para elaborarlos optan por incluir ingredientes procedentes de manantiales de agua termal. Es así como garantizan un alto nivel de hidratación para la piel. Un ejemplo de ello lo vemos en su crema diurna facial o en su sérum. Ambos, productos que ofrecen muestra gratuitas a domicilio.
En el caso de Sephora hablamos de una marca referente a nivel mundial por sus estándares de calidad con lo cual también es una buena opción si queremos maquillarnos y, al tiempo, saber que estamos preservando nuestra piel de la mejor manera posible.
En resumen, la respuesta es sí. Podemos seguir maquillándonos, pero siempre y cuando la piel esté protegida. Antes de pensar siquiera en el maquillaje debemos darnos cuenta del estado que tiene nuestra cara en ese momento. Si no hemos tomado las precauciones adecuadas, lo mejor será partir siempre de la base y limpiarla, exfoliarla e hidratarla. En definitiva, llevar a cabo un cuidado de la cara.
Y esto, ¿por qué? Pues porque tiene efectos a largo plazo. Es mucho más sencillo mantener algo que tratar de recuperarlo cuando ya lo hemos echado a perder. La piel no requiere de tantos cuidados, simplemente de algo de constancia y paciencia.
De no tomar las medidas adecuadas, algunos de los efectos más frecuentes son la aparición de manchas en la misma, un envejecimiento prematuro, quemaduras, tener melanomas y hasta un posible cáncer de piel. Efectivamente, es algo a tomar muy en serio.
Con una rutina básica del cuidado de la cara nos podemos evitar todo este tipo de quebraderos de cabeza. Además, a la hora de maquillarnos lo tenemos muy fácil porque, por fortuna para nosotras, hay empresas que han pensado en todo y ofrecen productos cosméticos con ingredientes naturales que no solo no dañan nuestra piel, sino que la hidratan y protegen.
Por último, hay que tomarse la vida con algo más de calma. Sin dejar de lado las obligaciones, el estrés tiene que quedarse al margen porque es el enemigo número uno de nuestra piel.