Mantener una higiene bucal constante es fundamental para conservar la salud. Aunque esto sea algo que tenemos muy claro todos como adultos, hay quienes no reparan en lo importante que llega a ser esto mismo también para el bebé. Igual que nos podemos preocupar de que tengan un champú, un gel o una crema específica para ellos, de los que podemos pedir muestras gratis, lo mismo debemos hacer con su boca. Contar con un cepillo de dientes para bebé es básico.
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De hecho, una de las preguntas más habituales a este respecto es: ¿desde cuándo hay que pensar en la salud bucal del bebé? Y la respuesta, aunque pueda parecer mentira y casi exagerada, es desde su gestación. Hay que pensar que la prevención de las caries es básica porque esta no deja de ser una enfermedad infecciosa. Y, siendo así, también se puede transmitir.
En la boca hay una cantidad de bacterias importante que se encuentran en equilibrio. Cuando falta higiene o en la dieta se incluyen demasiados azúcares ese equilibrio se rompe. Las bacterias que aparecen son las que pueden degenerar en caries. Cuando esto se produce entramos en un círculo bastante perjudicial para la boca porque esas mismas bacterias crean un entorno poco favorable para las bacterias que sí son buenas. Estas bacterias, que no queremos para nada, se pueden transmitir al bebé y no conviene para nada. Si esto ocurre, las caries pueden estar presentes en el más pequeño, incluso ya con sus primeros dientes.
Imaginemos que la madre sigue una dieta equilibrada y que mantiene su salud bucal como debe. Una vez que nace el bebé, ¿qué podemos hacer?
Cepillo de dientes para bebés
Optar por un cepillo de dientes adecuado puede ser fundamental para evitarnos males mayores en dientes y encías. Esto que aplicamos a los adultos también lo debemos tener en cuenta cuando nos hacemos con el primer cepillo de dientes de bebé. Y, de igual modo, será necesario convertir el hábito de lavarse los dientes en rutina. Cuanto antes se empiece, mejor porque al pequeño no le supondrá un gran esfuerzo, solo una cosa más de las que tiene que hacer.
Para mantener en perfectas condiciones la salud bucal del bebé hay que contar con un cepillo de dientes para bebé, pero ¿cuál elegir? Y, ¿qué edad es buena para empezar a cepillar los dientes del bebé?
En el mercado y en muestras gratis para bebé nos encontraremos con una gran oferta entre la que poder elegir en lo que a cepillos de dientes para bebés se refiere. Lo importante es que todas ellas cuentan con una serie de características que son las que hay que buscar. Nos referimos a que son más cortos que los de los adultos, tienen un mango más grueso y el cabezal es más pequeño y redondo. Además, sus filamentos son suaves, para evitar que se hagan daño en las encías.
Qué técnica debemos usar con un cepillo de dientes para bebés
Obviamente, será diferente en función de la edad que tenga el niño y hasta que el bebé no se pueda ocupar de su propia higiene bucal, la implicación de los padres es clave.
Cuando todavía no tiene dientes
Aquí no es necesario el cepillo de dientes para bebé, pero sí el limpiarle después de las tomas Para esto bastará con emplear una tela o gasa humedecida y pasarla por las encías.
Con la dentición primaria
En el momento en el que empiezan a salir los primeros dientes de leche, que suele ser con 6 meses, los padres deben ocuparse del cepillado del bebé. Aunque él solo no pueda hacerlo, sí que irá tomando conciencia de que lavarse la boca es un hábito que debe reconocer. En esta primera etapa, con el cepillo correspondiente, hay que cepillar de forma suave y sin emplear pasta de dientes.
Dientes de leche y definitivos
Durante su crecimiento vivirá una transición en la que contará con dientes de leche y también con dientes definitivos hasta que solo queden estos últimos. Ya desde el momento en el que aparecen piezas definitivas se puede dar el paso de cepillo de dientes para bebé a uno que sea más grande. Igualmente conviene seguir optando por uno cuyas cerdas sean suaves para evitar que dañen sus encías.
Objetivo: evitar las caries en el bebé
Ya hemos visto que hay que cuidar la boca del bebé desde el inicio, incluso cuando todavía no han aparecido sus primeros dientes. Esto es algo que no todos los padres saben y que resulta fundamental. Incluso con la leche materna hay que tener prevención. Después de esto se dará el salto a las leches en polvo, como puede ser con Nutribén y su Nutribén Innova 1. Pese a que estos productos están especialmente pensados para los más pequeños, no están exentos de peligros para su boca.
Enfermedades bucales
Por desgracia, las enfermedades bucales se pueden desarrollar a cualquier edad, incluso durante los primeros meses de vida. Las caries son, de hecho, el problema más común en la sociedad. Durante la etapa en la que el bebé se alimenta con biberones tienen hasta su propio nombre y se las denomina “caries de biberón“. Para evitarlas conviene asegurarse de que el bebé no permanece con el biberón en la boca durante mucho tiempo. Hay algunos que incluso, medio dormidos, siguen con él y alargan las tomas casi hasta el infinito. Esto hay que evitarlo a toda cosa. Y, después, como ya hemos visto, siempre limpiar.
Hábitos para la higiene bucal del bebé
Como en todo lo que tiene que ver con la salud lo importante es crear buenos hábitos, aunque estos cuesten un poco al principio. Hemos visto que la higiene bucal del bebé parte de los padres. Estos, además de cuidar su boca, pueden evitar compartir utensilios con los pequeños y no limpiar nunca el chupete con su boca para después dárselo al bebé.
Dado que evitar el contacto de azúcar con los dientes es básico para que no aparezcan las caries tenemos que recordar que los bebés no se deben dormir nunca con el biberón, hay que evitar las tomas prolongadas y, por supuesto, el mojar el chupete en azúcar o similares.
El resto será cuestión de contar con una dieta sana y equilibrada y recordar lavar los dientes, al menos, dos veces al día. Optar por un cepillo de dientes para bebé adecuado es fundamental para evitar que con este le hagamos daño al más pequeño en sus encías.
¿Cuándo ir al odontopediatra?
Además de esto, nunca es demasiado pronto para programar la primera visita con el dentista. Por lo general, se recomienda hacerlo a partir del año. Con algo tan sencillo podremos comprobar cuál es el estado de salud de su boca y recibir algún que otro consejo útil para seguir por el buen camino como, por ejemplo, qué pasta de dientes usar con ellos llegado el caso. El odontopediatra es el que se ocupará de todo en esta primera fase. Si todo se desarrolla con normalidad, bastará con programar citas anuales. Con esto nos evitaremos muchos problemas en el futuro.